Eventos, desarrollo de talleres, visitas destacadas como premios de Nobel e investigaciones con impacto y colaboración mundial empapan de una buena reputación a la Facultas de Ciencias Físicas y Matemáticas (CFM), y en consecuencia, a la Universidad de Concepción.
Etiqueta: Universidad

Corazón de cerdo modificado genéticamente fue trasplantado en humano
Un 7 de enero de 2022, David Bennett, se sometió a una riesgosa operación en el Centro Médico de la Universidad de Maryland para recibir un trasplante de corazón de cerdo. El hombre se transformó en la primera persona en la historia en recibir el corazón de un porcino. Falleció dos meses después por complicaciones de la cirugía.

Influencia de la salud mental en la deserción de estudiantes universitarios
En 2018, obtuve los resultados de la Prueba de Selección Universitaria, actual PTU. Como miles de egresados de la enseñanza escolar media, me enfrenté al dilema de elegir una carrera universitaria. Con 18 años estaba a punto tomar una decisión que definiría mi futuro profesional.
A último momento me matriculé en Nutrición y dietética. En una de las casas de estudio más prestigiosas del país, la Universidad de Concepción. Cursé 3 semestres de la carrera. Sin embargo, ese periodo estuvo protagonizado por un inminente cuestionamiento sobre si debía seguir estudiando.
Afortunadamente, tras la guía y tratamiento psicológico, tuve la oportunidad de comenzar otra carrera universitaria, en la misma institución. Pero qué sucede con los estudiantes que no cuentan con los recursos o el apoyo suficiente para tomar una decisión.
Situación en Chile
La deserción universitaria es un fenómeno conceptualizado por Gabriel Paramo y Gabriel Correa. Lo definen como el“abandono de la formación académica, independientemente de las condiciones y modalidades de presencialidad, de decisión personal no forzosa del sujeto”.
Video de Matías Soffia en Youtube
Bajo esa premisa, en Chile, el acceso a la educación superior ha ido en aumento. Esto debido principalmente a los diversos métodos de financiamiento, ya sea por parte del Estado o de privados.
Así nuestro país se ha convertido en pionero para fortalecer un sistema donde son los propios estudiantes quienes pagan sus estudios. Sin embargo, podría significar un problema a la hora de mantener la continuidad.
Según las estadísticas entregadas por el Informe del Servicio de Información de Educación Superior (Sies), del Ministerio de Educación revelan una importante cifra. Detalla que 7 de cada 10 estudiantes permanecen estudiando, siendo un 30% de los alumnos quienes abandonan los estudios.
Por otra parte, según el informe mencionado anteriormente, el estallido social de 2019 significó un retraso considerable en el inicio las actividades académicas 2020.
En suma, la pandemia del covid-19 también influyó en el aumento de suspensión momentánea o definitiva de estudios producidos por la alerta sanitaria.
Como parte del nuevo escenario mundial, muchos estudiantes vivimos un periodo lleno de incertidumbre. Nos matriculamos con altas expectativas del proceso universitario, sin imaginar todos los cambios que traería la crisis sanitaria.
El covid-19 implicó una adaptación de los sistemas educacionales para ser desarrollados de forma remota. De esta manera existía una creciente inseguridad, sobre todo entre los alumnos que venían desde fuera. Muchos de ellos tenían presupuestado llegar a vivir a Concepción por el periodo universitario, pero no pudieron concretar sus planes.
Un caso es Natalia Medina, estudiante de periodismo de la Universidad de Concepción. Ella tuvo que posponer finalmente mudarse desde Coelemu, a la ciudad de Concepción.
“Me costó mucho encontrar un lugar para arrendar en Concepción y nunca esperé todo lo que traería la pandemia. Fue un periodo de mucha incertidumbre e incluso muchas veces me cuestioné si la mejor opción era seguir estudiando” indicó Natalia.
Te puede interesar leer Impacto de la independencia universitaria en la salud mental
Influencia de la salud mental de los estudiantes

La deserción universitaria en las últimas décadas es un fenómeno que se repite de forma transversal en todas las instituciones. Mayoritariamente debido a una multicausalidad de factores. Entre ellos se pueden reconocer factores socio económicos, sociales y psicológicos, siendo este último una causa muy reiterativa entre los estudiantes.
El factor psicológico de los estudiantes generalmente va asociado o también puede desencadenar problemas en la salud mental. Los alumnos al ser expuestos a situaciones de frustración o periodos de alto estrés, pueden ser víctimas de trastornos que afecten su estabilidad emocional.
Puedes obtener mas información sobre El estrés académico en universitarios
Incluso los jóvenes pueden desencadenar diversas situaciones de gravedad como depresión, trastornos en su personalidad y/o adquirir conductas adictivas que afecten retomar su educación.
El Dr. Alberto Cabrera, especialista en acceso y permanencia en la Educación Superior, plantea diversos factores que influyen en la deserción.
Uno de ellos es la falta de orientación educativa y vocacional. Muchos estudiantes terminan la enseñanza media sin recibir una correcta guía vocacional, ingresando a carreras que finalmente no son lo que esperaban y terminan por desertar.
Por otra parte, plantea también otras alternativas. “Diferencias entre expectativas sobre lo que es la universidad y certeza vocacional; malas experiencias dentro de la sala de clases; un nivel de preparación inadecuado para la universidad; y problemas financieros”.
Así también destaca la “incapacidad de la institución de dar cuenta de las necesidades de los estudiantes”. Esto hace referencia a la falta de consideración que tienen muchas instituciones a la hora de definir y flexibilizar los horarios. Las universidades deberían contemplar en su planificación alternativas para generar compatibilidad con la vida de los estudiantes
Principales problemas de salud mental

Desde la presión de cumplir estándares familiares, rendir en las evaluaciones, vivir lejos de su ciudad, compatibilizar los tiempos, hasta la falta de sueño. Estas son algunas de las situaciones con las que tienen que cargar a diario los universitarios.
No olvides revisar, Sueño, Pesadillas e Insomnio: La pandemia tras la pandemia
La Fundación Universitaria Católica del Norte, realizó un estudio sobre la Salud mental y deserción en una población universitaria con bajo rendimiento académico.
Según los datos recopilados por la investigación, entre las patologías más comunes se encuentran los episodios depresivos, trastornos de ansiedad y trastorno de pánico. Además menciona en menor recurrencia, la ansiedad social, agorafobia, trastorno disfórico premenstrual y manifestaciones del espectro psicótico, como alucinaciones y descuido personal.
Puedes revisar más información sobre como afectan las redes sociales en la salud mental de los jóvenes
Cuidar la salud mental de los estudiantes
Como indicó el Dr. Cabrera es necesario “reconocer la responsabilidad que la universidad tiene en retener a sus estudiantes”. Por lo que es de suma importancia reconocer el problema para ver las opciones de terapia y tratamiento disponibles y así poder apoyar a los estudiantes.
Te podría interesar Musicoterapia: Un beneficio al alcance de todos
Las dificultades emocionales que puede generar la vida universitaria deben ser debidamente atendidas por profesionales. Por ello se le debe otorgar la prioridad necesaria al diagnóstico de problemas de salud mental. Ello permitiría un diagnóstico adecuado para orientar de manera oportuna a los y las estudiantes siendo una forma de evitar la deserción.
Es importante recordar que una carrera universitaria, no es la única opción para asegurar un futuro exitoso. Eso depende netamente de las metas y ambiciones que nos propongamos a nosotros mismos.
La salud mental puede influir en otras áreas, por eso te invito a averiguar sobre La ansiedad y las emociones en el rendimiento deportivo.

El estrés académico en universitarios
La universidad, como muchos la conocen y se refieren a ella como «la mejor etapa de nuestras vidas». Es un lugar donde también se experimenta todo lo contrario a su vez. Esto por los problemas de salud mental de los estudiantes, donde el estrés académico culpe función importante de ello.
En esta crónica nos centraremos en el estrés académico, ya que es algo que nos acompaña diariamente y nos afecta y/o beneficia dependiendo la situación. Para los universitarios, el estrés se ve reflejado en la condición de vida que llevan. En el cómo se alimenta, en el cuánto duermen y, hasta, en la forma de realizar los trabajos. Sí muy antes del plazo de entrega o más cerca.
De por sí, el estrés no es necesariamente algo malo. Para Ana Regueiro, Especialista en Psicología Clínica y de la Salud, el estrés es «la reacción fisiológica del organismo. En el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia». Se puede seguir leyendo su artículo en este link. Además, aquí un video de elDiario.es que da ejemplos de ello.
Estrés académico
Aterrizando lo anterior a la vida estudiantil universitaria, mientras mantengamos control de las situaciones parece ser que no hay rastros de estrés. Sin embargo, el estilo de vida que llevan las y los alumnos es muy perceptible a que eso no pase. Aquí es donde entra una serie de factores: como la carga académica, el bolsillo económico, si arriendan y viven solos, si están lejos de sus hogares familiares, una mala alimentación, mala reconciliación de sueño, entre otros. Al ser muchos, genera que no se pueda controlar todo y da la apertura a enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión.
De alguna manera, buscamos estar siempre en la condición más óptima para rendir bien en los estudios. Pero, los contextos dificultan esto por lo que es recomendable mantener el control en algunos de los factores mencionados anteriormente. Como el proteger nuestras 8 horas de sueño, aportar comida saludable a nuestro cuerpo y la creación de un horario de estudio. Para ello, es importante saber cómo se manifiesta el estrés en nuestro comportamiento y cuerpo. Hay un artículo del Centro de aprendizajes Campus Sur, de la Universidad de Chile que ayuda bastante.
Síntomas
Mauricio Gallardo, Psicólogo de Universidad de Valparaíso, me comentó que algunos síntomas físicos del estrés académico son «el cansancio, fatiga, dolores de cabeza o de espalda, aumento o pérdida de peso por ansiedad, insomnio, temblores o tics nerviosos. También encontramos los síntomas psicológicos, como ser: tristeza, irritabilidad excesiva, pérdida de la confianza en uno mismo, desmotivación, incertidumbre, duda constante, pesimismo, negatividad, inseguridad, desconcentración, entre otras».

Por otra parte, Mario Peñalosa, psicólogo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, profundizó en que el estrés nos lleva a patologías como la depresión y ansiedad. «Es importante que captemos a tiempo estos síntomas, querer controlarlos puede funcionar bien, pero no siempre es así. Siempre es mejor acudir a tratamiento psicológico si sentimos que nos sobrepasa cada vez más».
Realidades de vida de los estudiantes
La realidad en la que vive cada estudiante también está sujeta a sus herramientas emocionales. En mi caso, llevo plenamente y de una manera controlada mi estilo de vida. Al menos me organizo con mis tiempos para los quehaceres hogareños, no así con los quehaceres académicos, pero mantengo ese equilibrio. Sin embargo, para otras personas, dependiendo su estabilidad emocional, seguir y ponerse horarios resulta una tarea tremendamente difícil de lograr. Sobre todo para aquellos estudiantes que cumplen con la responsabilidad y tarea de ser padres. Área que se le da poca importancia investigativa y que hallé un artículo interesante sobre ello y sobre el estrés académico que sufren estos estudiantes.

Pero, parte de este desorden de horario, no solo se da con la falta de herramientas psicológicas que tengamos, sino que también por la pandemia. A raíz de una nota subida a CNN Chile sobre la primera encuesta de salud mental que se hizo a universitarios. Esta arrojó que un 54% sufre estrés, en la que se le preguntó a 600 alumnos (aquí la nota con más detalles). Sin embargo, después de la pandemia arrojó 54,6% de estudiantes con estrés, pero con la sorpresiva cifra de 20% con riesgos suicidas. En esta segunda encuesta, se le preguntó a 5.000 estudiantes de varias zonas del país. También aquí más detalles de la nota cubierta por radio Duna.
Otro punto a considerar es la vida de vicios que podemos llevar en la etapa universitaria, como lo son las drogas y el alcohol. Sustancias que terminan influyendo en nuestro desarrollo cerebral, salud mental y físico. Como dice Sergio Lara, psicólogo, «Las drogas no solo alteran el estado de ánimo. Sino que también la conducta, el sueño, el hambre, la reducción del placer, la memoria, el estrés (…)». En una publicación que se puede leer más detenidamente aquí.
¿Cómo logramos disminuir el estrés académico?
Si bien, he dejado «tips» durante el desarrollo de la crónica. Ahora nos centraremos de forma más específica, según un articulo de PsicologíaAutoAyuda.cl.
Allí nos dejan entendido que una forma de controlar el estrés es «listar todas las tareas y organizarlas en días, horas y tiempo para su ejecución. La organización es fundamental durante estos períodos. Finalmente, los estudiantes deberán aprender a administrar su tiempo y hacerlo de manera eficiente, separando horas de ocio, actividad física y estudio, evitando distracciones».
Siempre es importante que cuidemos de nuestra salud mental. Para seguir informándonos sobre esto, recomiendo la crónica escrita por mi compañera Valentina Barrientos, «Influencia de la salud mental en la deserción de estudiantes universitarios», que se puede leer aquí.

Impacto de la independencia universitaria en la salud mental
Cada año, son miles los y las estudiantes que abandonan su hogar familiar para mudarse cerca de su casa de estudios y a la vez, experimentar la independencia universitaria por primera vez. Y es que la ilusión de adentrarse en una nueva etapa y comenzar los estudios superiores, genera en muchos un sentimiento acogedor. Sin embargo, más de alguno de nosotros hemos sentido en algún momento cierta nostalgia hacia nuestra zona de confort o lugar seguro. Y en algunos casos, esto ha escalado más allá afectando nuestra salud mental.
Si bien el grado de autonomía al que se debe someter cada uno es relativo, es parte de ser humanos extrañar nuestra cotidianidad. No importa si el nuevo destino es una casa compartida, pensión, residencia universitaria o departamento, todos en algún punto extrañan su antiguo hogar. O al menos, hemos sido testigos de alguien que ha estado en esa situación. Pero, ¿cómo saber cuando dicha añoranza comienza a volverse negativa? ¿Cómo identificar si la soledad está repercutiendo dañinamente en nuestra salud mental?
Lo que conlleva la independencia universitaria
La presión académica, las expectativas familiares, las evaluaciones, la falta de dinero, dificultades para crear y conservar redes de amigos, son algunas de las tantas pruebas que conlleva independizarse. Situaciones de las que hemos oído hablar probablemente desde pequeños de la boca de nuestros padres o de algún conocido que atravesaba esta etapa mientras nosotros aún crecíamos. Pero que de todas maneras, han generado un impacto en nuestra conciencia cuando recién nos hemos visto envueltos en alguno o todos esos estados.
Sin embargo, vivir cada uno de ellos es algo normal y casi siempre pasajero hasta que nos hacemos una rutina. El problema acontece, cuando a todas las situaciones anteriormente descritas, se les suma el sentimiento de nostalgia profunda hacía nuestra residencia anterior. Cuando la única solución que tenemos en mente es regresar a nuestro antiguo hogar. O en otros casos, cuando todo va aparentemente bien, pero aún así persiste ese sentimiento de tristeza, de no pertenencia e incluso de abandono. Cuando luego de pasar el día sintiéndote acompañado, rodeado de aquellas personas que escogiste como amigos/as, llegas a tu actual domicilio y te sientes solo/a. Y así comienzan a ser algunas tardes, noches o días enteros. Y es aquí, cuando según expertos en salud mental, nuestra respuesta a la independencia universitaria comienza a causar estragos en nuestra estabilidad emocional, dando paso a condiciones como la ansiedad y/o la depresión.
Homesickness: un efecto derivado de la Pandemia
Otro de los fenómenos más importantes a recalcar, ya que influye considerablemente en este proceso, es el haber pasado dos años confinados y aislados, durante la pandemia actual del Covid-19. Ya que según la OMS en el “primer año de la pandemia, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%. A esto se suma que en Chile aproximadamente el 16,5% de las personas entre 12 y 18 años tienen algún problema de trastorno mental”. Datos relevantes, ya que existen estudiantes que realizaron su mudanza mientras ya lidiaban con alguna condición en su salud mental.

De ahí que aparece el denominado Homesickness que hace alusión a la melancolía que causa el estar lejos de casa. Y resulta ser una forma de ansiedad y depresión al mismo tiempo. Si bien, no debemos caer en un autodiagnóstico, hay una serie de síntomas asociado a este malestar, que permiten identificar si se trata de una desazón pasajera o de algo más. Según la psicóloga Constanza Rojas, dentro de la sintomatología destaca el sentimiento de tristeza que se incrementa con el paso de los días, al extrañar el hogar, familia, y hasta comidas. Extrañar la cultura del lugar de origen, los amigos, la habitación que corresponde a nuestra zona de confort, y sobre todo sentir la urgencia de querer huir del lugar para regresar a casa. Todo esto, estando acompañado por el desinterés de ir a la Universidad, salir con amigos, llanto y hasta crisis de pánico.
Salud Mental universitaria en Chile
Por otra parte, y como también el titular de nuestra crónica hace alusión, es importante referirnos a la Depresión y Ansiedad universitaria como tales. Sobre todo, luego de que un estudio chileno de salud mental, revelara que el 20% de los estudiantes están en riesgo suicida. Investigación sobre la que se pronunció el psiquiatra, Jorge Gaete, diciendo que “muchos de nuestros indicadores son peores que lo que uno encuentra en otros estudios internacionales”. Catalogando a Chile como una de las naciones con el peor índice de salud mental. Así mismo, a través de la encuesta aplicada a universitarios, se llegó a la conclusión de que los padecimientos más comunes son el estrés, la ansiedad, la depresión, los trastornos del sueño y riesgos suicidas.
Sin embargo y para nuestra mayor preocupación, actualmente estas conductas no han tenido la disminución que los especialistas esperaban. Por el contrario, y como indica la psicóloga Mariana Figueroa “durante lo que llevamos del año, han sido más los estudiantes que agendan una consulta, y la mayoría relaciona su malestar al estar lejos de sus familias y hogares”. Es por esto, que resulta sencillo intuir que tanto la soledad como la nostalgia, son los sentimientos que más destacan entre la pequeña línea que divide el extrañar nuestro hogar como cualquier persona lo haría, o marcar la diferencia y convertirlo en algo más complejo. De este modo, es necesario poder reconocer las señales de riesgo, tanto si tú o si alguien que conoces, se encuentra atravesando este difícil momento.

En suma de todo esto, y corroborando que independizarnos luego de pasar dos años educándonos a través de las pantallas, puede contribuir negativamente en nuestra salud mental, les dejo una guía para lidiar con el Homesickness. Sobre todo, mientras cursamos el mes de la prevención del suicidio, cuya notoriedad ha impulsado la redacción de este escrito.
Recordatorio amigable: “Extrañar tu hogar no te hace menos maduro ni significa que no estás preparado para vivir solo” – Healthy Children.