Los bosques nativos chilenos son ecosistemas singulares, que dan paso a la formación y conservación de diversas especies, tanto de la flora como de la fauna, manteniendo de esta forma el equilibrio en la biodiversidad.
Recuerdo que cuando era pequeña, para llegar a la playa desde mi casa, debía caminar a través de un bosque que según mi percepción era gigante. No sé con certeza si este era nativo o no, pero sí sé que en él habitaban diversas aves. Ahora, salgo de mi casa, y el espacio que antes era ocupado por el bosque, ahora está totalmente poblado.
Cuando fui consciente de esta situación, me dediqué a aprender sobre los bosques. En el proceso descubrí que los bosques nativos tanto a nivel regional como nacional están siendo transformados y degradados. En términos generales, los bosques presentes en la región del Biobío, así como también los del centro y sur de Chile están sufriendo diversas presiones y una de las principales tiene que ver con la transformación o cambio de uso de suelo. Este último proceso consiste en que el suelo que tenía un uso destinado a los bosques se transformó en otro.
¿Qué ocurre en la región del Biobío?
En la región, los principales cambios de uso de suelo que han sucedido es pasar de bosque a praderas agrícolas, campos de cultivo o plantaciones forestales. Esta gran transformación es un proceso que viene sucediendo desde hace años, y eso ha generado pérdida y fragmentación del bosque nativo, o sea los bosques que antes eran un paño continuo, quedan fragmentados entre sí debido a estos cambios de uso de suelo por las plantaciones en campos agrícolas.
Otra amenaza importante tiene relación con los efectos del cambio climático. Estas variaciones en las temperaturas y las disminuciones de las precipitaciones que están proyectadas para el área están afectando y van a afectar en el futuro la distribución de los bosques nativos en la región del Biobío.
Cambios en el ecosistema de los bosques nativos
Para conocer sobre las variaciones presentes en el ecosistema a partir de las transformaciones en los bosques nativos, conversé con Marcela Bustamante, Bióloga ambiental de la Universidad de Chile y actual docente en la Universidad de Concepción.
Con preocupación comenta que cuando ocurre el cambio de uso de suelo, se pierde el bosque y se crea un nuevo uso, la flora y fauna que está ahí, desaparece. En general quedan restringidas a los pequeños fragmentos de bosque que aún se mantienen y que se conservan en el paisaje.
¿Qué ocurre con la flora y fauna?
En simples palabras, explica que la flora y la fauna tiene que albergarse en esos pequeños y pocos fragmentos de bosque disponibles. Producto de lo anterior, surge una serie de problemas para las especies que habitan esos lugares, especialmente aquellas que son especialistas de bosque.
Hay especies que solo pueden vivir en los bosques y por tanto cuando se transforman no pueden usar otros hábitats. Por ejemplo, el Monito del Monte es una especie emblemática, la cual necesita árboles grandes para poder hacer sus nidos y encontrar alimento. Si bien puede vivir o hacer sus actividades en plantaciones forestales, a pesar de que sí son o no bosques, ya que las plantaciones tienen una estructura similar, estas no cumplen con todos los requerimientos que necesita el monito para vivir y establecerse.
Hay otras especies como los rinocriptidos, enchucado o el wet wet, que también son aves que necesitan a los bosques. Cuando se transforman, no pueden encontrar todo lo que necesitan en las plantaciones forestales o en otros usos de suelo, y eso trae consigo a la larga, que estas especies que son más sensibles empiezan a reducir sus tamaños poblacionales, no encuentren lugar donde vivir y reproducirse. Puede llegar incluso a la extinción local y si la situación es más compleja, a la extinción global.
Restauración ecológica en los bosques nativos
De acuerdo con el estudio “Restauración de Ecosistemas” en el que participó Marcela Bustamante en 2018, esta “es una actividad deliberada que busca iniciar o acelerar la recuperación de un ecosistema degradado, dañado o transformado por perturbaciones de origen comúnmente antropogénico. La restauración ecológica de un ecosistema promueve restablecer las funciones (procesos), integridad (composición de especies y estructura comunitaria) y capacidad de resistir a futuras perturbaciones (persistencia y resiliencia)”.
Bustamante ha abordado la restauración ecológica desde distintas perspectivas, principalmente desde un curso para la carrera de Ingeniería en Conservación de Recursos en la Universidad de Concepción. El interés por esta área nació cuando realizó un doctorado en ecología en la Universidad Católica en 2003.
Investigaciones relacionadas a la restauración ecológica
Uno de los temas que ha estado investigando guarda relación con la producción de plantas nativas. Cuenta que para poder llevar a cabo estos proyectos de restauración en donde muchas veces son sitios que están altamente degradados y que no pueden o es más difícil recuperarse naturalmente, es necesario plantar árboles o arbustos.
Para ello, ha estudiado cómo producir plántulas, es decir, plantas para sembrar en estos lugares que se encuentran altamente degradados. Con la finalidad de saber cómo producir especies para que se adapten mejor a estas condiciones estresantes cuando se realiza la reforestación.
Durante el proyecto se puso a prueba la producción de plantas nativas, usando distintos regímenes de fertilización. Normalmente las plantas cuando se producen en los viveros son fertilizadas para que crezcan más y más rápido, pero hay estudios que muestran que en condiciones en donde hay sequía, no es muy bueno llevar una planta muy grande, porque al tener más hojas, estas evapotranspiran demasiado y pierden más agua.
Bustamante explica que “en este proceso, lo que hicimos fue usar distintas dosis de fertilización para generar plantas de diferentes tamaños para ver cómo cambian las características de estas frente a distintas dosis de fertilización. En condiciones de baja disponibilidad de agua o estrés hídrico, si una planta tiene muchas hojas o biomasa aérea va a estar transpirando constantemente, por lo que la poca agua que tiene, la va a perder».
Me aclara que experimentalmente generaron sequía y visualizaron que las plantas más grandes tienen un peor balance hídrico que aquellas más pequeñas, es decir, a estas últimas les va mejor en términos de uso del agua. Hay otros estudios, que también han demostrado que las plantas pequeñas pueden resistir de mejor manera a estas condiciones de sequía en ecosistemas mediterráneos en Europa y también en Chile.
Áreas urgentes de restaurar
Otro de los proyectos consistió en identificar qué áreas son urgentes de restaurar. Junto a Diego Alarcón realizaron priorizaciones de restauración en escalas más grandes para identificar las mejores áreas en donde se debieran llevar a cabo estas acciones. Los espacios identificados se encuentran entre la Región de O’Higgins y la Región de Los Ríos. Para ello, consideraron diversos factores y criterios, como también aquellas áreas con valor de conservación en donde hay especies que están en problemas de conservación.
En conclusión, considera que a pesar de que la mayoría de los profesionales están trabajando en esta área, aún existen necesidades importantes de conservación. «Es urgente preservar lo poco que queda en algunos lugares, no seguir transformando y hacerse cargo de restaurar sobre todo aquellos hábitats en donde hay más pérdida del bosque nativo», enfatiza.