Escuchar la lista de reproducción favorita, improvisar sonidos o hasta cantar la canción que tenemos pegada en la cabeza, es algo que hacemos siempre. El poder mejorar nuestro bienestar a través del uso de la música como tratamiento, las y los profesionales lo han definido como «musicoterapia».
El comienzo de la musicoterapia
La Asociación Nacional de Musicoterapia de Argentina, define este concepto como «la aplicación científica del arte de la música para lograr objetivos terapéuticos». Por otra parte, La Federación Mundial de Musicoterapia describe este concepto como el uso profesional de la música en nuestro entorno, a fin de optimizar la calidad de vida. Esta organización internacional sin fines de lucro, fundada en 1985, ha logrado reunir a diferentes asociaciones que realizan este trabajo. Pero no es acá donde inicia el mundo de la musicoterapia, sino que fue en la prehistoria.
En este periodo, los expertos aseguran que su principal uso se centró en estar presente en los ritos religiosos, danzas y cosechas. Luego, cerca del 1500 AC, en los papiros médicos egipcios recetaban la música para curar y, en el caso de las mujeres, mejorar la fertilidad. En la antigua Grecia empezaron a estudiar este fenómeno, concluyendo que genera efectos positivos en la educación de la personalidad. Además, los grandes precursores de la musicoterapia, Platón y Aristóteles, estudiaron el poder religioso que contiene. Y en Roma, se descubrió que esta actividad traía beneficios a las enfermedades mentales y al insomnio.
Tiempo después llegó la Edad Media, etapa donde sabemos que hubo una gran absorción y sincretismo de diferentes culturas. Dejándonos a varios autores como el Arcipreste de Hita, Quintiliano y Séneca, los cuales en sus textos hicieron referencias a este concepto. En este caso, la readaptación de la musicoterapia significó avances en el ámbito educativo.
La llegada de la Edad Moderna provocó movimientos tales como el Renacimiento y el Barroco. Estos promovieron establecer criterios de cientificidad sobre las teorías musicales. Por otro lado, también se concibió la idea de que la música es un medio de comunicación de las emociones.
Una nueva perspectiva
Ya en el siglo XX, mientras transcurría la Primera Guerra Mundial, la música tomó protagonismo en los hospitales de veteranos. La contratación de músicos se debía a una forma de ayuda terapéutica. Junto a esto, en 1950 se fundó la primera Asociación Nacional de Terapia Musical, llevando su uso a hospitales psiquiátricos y neurológicos.
Gracias a los avances de la neurociencia, la musicoterapia se ha logrado transformar en una profesión. Su expansión se ha consolidado en muchos países, principalmente del continente americano y europeo.

¿Cuáles son los efectos y beneficios?
La musicoterapia ayuda al desarrollo humano, comprendido como un beneficio a la salud física, social, comunicativa, emocional e intelectual. Sus aportes son considerables y se pueden dividir en al menos cinco áreas:
- Afectivo–Emocional: mejor manejo de la ansiedad, mayor tolerancia a la frustración, potencia la expresión de los sentimientos, mayor autoestima y conformación de la identidad personal.
- Comunicación: mayor capacidad de expresión de nuestra personalidad y el uso de la música como medio de comunicación.
- Psico-Social: promueve la conciencia social, la cooperación y la participación colaborativa.
- Cognitivo-Conductual: mayor atención, mejor aprendizaje y estimulación de la imaginación.
- Educacional: crecimiento y creación de habilidades académicas.
Esta actividad es una herramienta que ayuda en todos los aspectos y que es clave para el crecimiento personal. Los efectos de la musicoterapia, en cualquier etapa del ser humano, ha demostrado ser necesaria para mejorar distintos ámbitos de la salud mental.
Son muchos los beneficios que se pueden encontrar cuando es aplicada en la infancia, incluso previa a esta, en el embarazo. La música ayuda a estimular muchas zonas del cerebro, lo que se contribuye a un mejor desempeño de este órgano.
En los adultos mayores diversos estudios han llegado a la conclusión que la musicoterapia mejora la calidad de vida, logrando alcanzar un envejecimiento activo. Los principales beneficios han demostrado disminuir la agitación, el estrés y la depresión. En el caso de las personas mayores con demencia, esta terapia se traduce en favorecer la relajación y generar respuestas emocionales positivas.
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La opinión de la musicoterapia desde el TDAH
Desde mi perspectiva, como alguien con déficit atencional e hiperactividad, la terapia musical es un beneficio que nos ayuda a entender como somos. El haber formado parte de un ambiente ligado a la música, ya sea creando o escuchando, ha sido un método clave para la relajación y el manejo del estrés. La recomendación como tal es que independiente de tener o no TDAH, todas las personas deberían experimentar la musicoterapia. Potenciar nuestras funciones cognitivas, mejorar los problemas emocionales, fortalecer distintas habilidades y estimular nuestro cerebro, fortalecerán un mejor desarrollo personal.
Lo llamativo de todo esto es que, si bien se puede realizar de forma profesional, existe una gran variedad de formatos en los que se puede aplicar. Un ejemplo claro son las plataformas de streaming como Spotify, Apple Music y Youtube, ya que nos entregan diversas listas de reproducciones y podcast relacionados a este tipo de terapia.
A partir de todo esto, está más que claro afirmar la importancia de la interacción entre las personas y la música. Esta es parte desde los inicios de la humanidad y es la forma de expresión más conocida y utilizada en el mundo.