Ansiedad y depresión, un compañero silencioso

Las enfermedades mentales son un grupo de enfermedades como la ansiedad y la depresión nos apremia día a día y que parecieran ser más comunes entre la población estudiantes.

La psicóloga Susana Garbayo Rojas aceptó entregarnos una entrevista en la cual quedaron claros algunos puntos como, el estrés, el miedo, la ansiedad y el pánico. Sus diferencias y junto con la información recopilada en diferentes medios como la Universidad de Chile, podemos decir lo siguiente.

El miedo, el estrés y la ansiedad son cosas similares que se activan para ayudar en la respuesta lucha/huida, pero no son lo mismo todas son reacciones naturales del cuerpo pero cada una lleva a diferentes temas cerebrales específicos.

¿Qué pasó luego de la pandemia con la Ansiedad y la depresión?

La pandemia no es una sorpresa para nadie, que dejó secuelas absolutamente arrasadoras en los sistemas de salud a nivel mundial.  La brecha y mala organización de la salud mental en el país salió a la luz y junto a esto también puso en alerta los altos números de afectados tanto en universitarios como en estudiantes que padecen de estos trastornos.

La pandemia fue una incubadora perfecta para nuevas y antiguas enfermedades mentales y trastornos mentales, en palabras de la psicóloga Susana Garbayo Rojas “La pandemia no solo fue gestora de nuevas enfermedades de salud mental, sino que fue también una incubadora de otras que ya estaban en la mayoría de la población, como la Ansiedad y la depresión. Lo preocupante es el tiempo en que estás podrían permanecer en la población aún con un tratamiento psicológico ya en marcha.”, en sus propias palabras alega que será difícil para la población afectada salir de esta etapa alta de enfermedades, haciendo más difícil el lidiar día a día con estas enfermedades.

Los factores estresantes son en gran medida la problemática de que los estudiantes tengan la mayor cantidad de diagnósticos ansiosos en palabras de la psicóloga “Las etapas relacionadas con grandes cambios en la rutina del estudiante generan mayor ansiedad. En la etapa escolar está la entrada al jardín infantil, el pasar al colegio, luego hacer el cambio de un solo docente a tener un profesor por ramo, le sigue el comienzo de la enseñanza media, y posteriormente rendir la PAES y la elección de una carrera o determinar el futuro que tiene que seguir.”, por estas razones el cuerpo estudiantil se siente mayormente ansioso, debido a la novedad en las experiencias que se están por vivir. 

Debido a la alta tasa de trastornos ansiosos, depresivos y estrés en universitarios y escolares, es necesario contar con un instrumento estandarizado en esta población, que permita detectar estas patologías para intervenir oportunamente. Junto a esto algunas instituciones como la universidad de chile proponen crear redes específicas para estudiantes en situaciones de riesgo de enfermedades mentales.

Una de las grandes incógnitas a la hora de saber porque esta población es más propensa a padecer estos procesos y si bien no es una afirmación del todo correcta la psicóloga afirmó lo siguiente “No es tan así, hoy en día las personas que sufren ansiedad es transversal a todas las edades, sin embargo, se ha visto que las altas exigencias académicas que se demanda a los estudiantes, puede llevarlos a perder el control y la forma de afrontar los problemas, llegando incluso a presentar altos niveles de ansiedad y depresión, así como una serie de conductas no saludables que llegan a afectar la permanencia y el rendimiento escolar. 

Las situaciones de examen, hablar en público y el no saber colocar en palabras lo que están sintiendo, son las de mayor relevancia para generar ansiedad.”, la forma inmadura y la pérdida del control emocional es una problemática que apremia mayormente a la población inmadura adolescente causándonos un mayor impacto en esta población.

Los cambios que se producen con la ansiedad son diversos. Son mentales o silenciosos y otros son físicos los cuales se presentan de la siguiente manera;

  •  ·         El pensamiento más rápido nos ayuda a evaluar el peligro y tomar decisiones rápidas.
  • ·         Cambios visuales La visión puede agudizarse por lo que puede prestarse más atención al peligro
  • ·         Resequedad en la Boca. La boca es parte del sistema digestivo. La digestión se detiene durante situaciones peligrosas debido a que la energía se desvía hacia los músculos.
  • ·         Los músculos en la vejiga a veces se relajan en respuesta a la tensión extrema
  • ·         Los músculos se tensan por todo el cuerpo con el fi­n de prepararse huir o luchar. Los músculos también se pueden agitar o temblar, especialmente si te paralizas, como una manera de estar ‘preparado para la acción’ Manos frías Los vasos sanguíneos de las manos se contraen para forzar la sangre hacia los grupos musculares principales
  • ·         La respiración se vuelve más rápida y breve, se toma más oxígeno para alimentar los músculos.
  • ·         Palpitaciones aceleradas. Un latido más rápido del corazón alimenta más sangre a los músculos y mejora la capacidad para luchar o huir.
  • ·         Las glándulas suprarrenales liberan adrenalina. La adrenalina rápidamente indica a otras partes del cuerpo alistarse para responder al peligro.
  • ·         Tensión muscular. Los músculos se tensan por todo el cuerpo con el ­n de prepararse huir o luchar. Los músculos también se pueden agitar o temblar, especialmente si te paralizas, como una manera de estar ‘preparado para la acción

Es peligroso que los trastornos de Ansiedad y depresión presenten algunas de estas características físicas debido a su alto impacto negativo sobre el cuerpo del involucrado. Las altas exigencias, la demanda laboral, lo novedoso y lo desconocido son algunos de los problemas que abarca el generar un trastorno ansioso para un estudiante, pero, ¿Qué son los trastornos ansiosos?;

“El trastorno de ansiedad se produce cuando se activa la ansiedad en situaciones que habitualmente no son amenazantes o peligrosas o de manera persistente, hasta el punto que interfiere de manera importante en la vida diaria. Tiene un desencadenante específico, suele aumentar en intensidad, puede ser leve, moderada o grave y está centrado en estresores específicos.”, el activar las respuestas de amenaza en el cerebro producen diferentes problemas a nivel físico en el cuerpo, desde ataques ansioso y de pánico, pérdida de sueño o somnolencia y puede llegar hasta problemas mayores como crisis psicóticas o depresiones severas.

estudiante estresado

El estrés académico en universitarios

La universidad, como muchos la conocen y se refieren a ella como «la mejor etapa de nuestras vidas». Es un lugar donde también se experimenta todo lo contrario a su vez. Esto por los problemas de salud mental de los estudiantes, donde el estrés académico culpe función importante de ello.

En esta crónica nos centraremos en el estrés académico, ya que es algo que nos acompaña diariamente y nos afecta y/o beneficia dependiendo la situación. Para los universitarios, el estrés se ve reflejado en la condición de vida que llevan. En el cómo se alimenta, en el cuánto duermen y, hasta, en la forma de realizar los trabajos. Sí muy antes del plazo de entrega o más cerca.

De por sí, el estrés no es necesariamente algo malo. Para Ana Regueiro, Especialista en Psicología Clínica y de la Salud, el estrés es «la reacción fisiológica del organismo. En el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia». Se puede seguir leyendo su artículo en este link. Además, aquí un video de elDiario.es que da ejemplos de ello.

Estrés académico

Aterrizando lo anterior a la vida estudiantil universitaria, mientras mantengamos control de las situaciones parece ser que no hay rastros de estrés. Sin embargo, el estilo de vida que llevan las y los alumnos es muy perceptible a que eso no pase. Aquí es donde entra una serie de factores: como la carga académica, el bolsillo económico, si arriendan y viven solos, si están lejos de sus hogares familiares, una mala alimentación, mala reconciliación de sueño, entre otros. Al ser muchos, genera que no se pueda controlar todo y da la apertura a enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión.

De alguna manera, buscamos estar siempre en la condición más óptima para rendir bien en los estudios. Pero, los contextos dificultan esto por lo que es recomendable mantener el control en algunos de los factores mencionados anteriormente. Como el proteger nuestras 8 horas de sueño, aportar comida saludable a nuestro cuerpo y la creación de un horario de estudio. Para ello, es importante saber cómo se manifiesta el estrés en nuestro comportamiento y cuerpo. Hay un artículo del Centro de aprendizajes Campus Sur, de la Universidad de Chile que ayuda bastante.

Síntomas

Mauricio Gallardo, Psicólogo de Universidad de Valparaíso, me comentó que algunos síntomas físicos del estrés académico son «el cansancio, fatiga, dolores de cabeza o de espalda, aumento o pérdida de peso por ansiedad, insomnio, temblores o tics nerviosos. También encontramos los síntomas psicológicos, como ser: tristeza, irritabilidad excesiva, pérdida de la confianza en uno mismo, desmotivación, incertidumbre, duda constante, pesimismo, negatividad, inseguridad, desconcentración, entre otras».

Infografía de los síntomas

Por otra parte, Mario Peñalosa, psicólogo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, profundizó en que el estrés nos lleva a patologías como la depresión y ansiedad. «Es importante que captemos a tiempo estos síntomas, querer controlarlos puede funcionar bien, pero no siempre es así. Siempre es mejor acudir a tratamiento psicológico si sentimos que nos sobrepasa cada vez más».

Realidades de vida de los estudiantes

La realidad en la que vive cada estudiante también está sujeta a sus herramientas emocionales. En mi caso, llevo plenamente y de una manera controlada mi estilo de vida. Al menos me organizo con mis tiempos para los quehaceres hogareños, no así con los quehaceres académicos, pero mantengo ese equilibrio. Sin embargo, para otras personas, dependiendo su estabilidad emocional, seguir y ponerse horarios resulta una tarea tremendamente difícil de lograr. Sobre todo para aquellos estudiantes que cumplen con la responsabilidad y tarea de ser padres. Área que se le da poca importancia investigativa y que hallé un artículo interesante sobre ello y sobre el estrés académico que sufren estos estudiantes.

Estudiante frustrado
Imagen extraída de Emol.

Pero, parte de este desorden de horario, no solo se da con la falta de herramientas psicológicas que tengamos, sino que también por la pandemia. A raíz de una nota subida a CNN Chile sobre la primera encuesta de salud mental que se hizo a universitarios. Esta arrojó que un 54% sufre estrés, en la que se le preguntó a 600 alumnos (aquí la nota con más detalles). Sin embargo, después de la pandemia arrojó 54,6% de estudiantes con estrés, pero con la sorpresiva cifra de 20% con riesgos suicidas. En esta segunda encuesta, se le preguntó a 5.000 estudiantes de varias zonas del país. También aquí más detalles de la nota cubierta por radio Duna.

Otro punto a considerar es la vida de vicios que podemos llevar en la etapa universitaria, como lo son las drogas y el alcohol. Sustancias que terminan influyendo en nuestro desarrollo cerebral, salud mental y físico. Como dice Sergio Lara, psicólogo, «Las drogas no solo alteran el estado de ánimo. Sino que también la conducta, el sueño, el hambre, la reducción del placer, la memoria, el estrés (…)». En una publicación que se puede leer más detenidamente aquí.

¿Cómo logramos disminuir el estrés académico?

Si bien, he dejado «tips» durante el desarrollo de la crónica. Ahora nos centraremos de forma más específica, según un articulo de PsicologíaAutoAyuda.cl.

Allí nos dejan entendido que una forma de controlar el estrés es «listar todas las tareas y organizarlas en días, horas y tiempo para su ejecución. La organización es fundamental durante estos períodos. Finalmente, los estudiantes deberán aprender a administrar su tiempo y hacerlo de manera eficiente, separando horas de ocio, actividad física y estudio, evitando distracciones».

Siempre es importante que cuidemos de nuestra salud mental. Para seguir informándonos sobre esto, recomiendo la crónica escrita por mi compañera Valentina Barrientos, «Influencia de la salud mental en la deserción de estudiantes universitarios», que se puede leer aquí.