Varios medicamentos

Automedicarse no es el remedio

Es muy amplio hablar de automedicarse sin poner un apellido. Pues, medicamentos hay muchos y si considero que forma parte de mi auto cuidado. Entonces, ¿Cuál es el problema?

Lo usual entre alumnos

Tanta familiaridad puede tener el consumo de medicamentos de tipo tranquilizantes y analgésicos que en canciones de artistas urbanos encontré frases de «me tomé una clona» y » pa’ echarme dos tramadol». Este tipo de artistas son de los más escuchado entre los jóvenes desde de la enseñanza básica y media, siendo un aprendizaje pasivo de la conducta.

Durante fines de semestre en la universidad se vive un ambiente general de estrés y ansiedad, sin discriminar que tipo de carrera que se estudie. Creo que comparten mi pensamiento de «quiero pasar el ramo» aunque cueste no dormir, no comer bien y estudiar sin cansancio. Pero es una mentira, si me canso y lo que digo siempre «estoy reventa’ «. En ocasiones anteriores me han ofrecido Mentix y Aradix, $15.000 costaba la pastilla en ese tiempo. Puedo pensar en ¿esto cuesta pasar el ramo?, solo quiero estudiar, aprender más en menor tiempo.

Me contacte con la persona que me ofreció en ese entonces y claro, es como un secreto a voces, siempre te puedes pillar con quien vende «el empujoncito de estudio». Entre lo que pregunté fue si consideró que era automedicarse «no, todos lo hacen» y si era estar por sobre de las capacidades normales «no, porque la que estudia sigo siendo yo y si fuera al medico también me las recetaría». Lo que me parecían buenas respuestas por la confianza con la que me respondió, se desvaneció en un segundo pensamiento. Pues, qué conocimiento de medicación conoce esta persona. Le pregunto, ¿Cómo sabes la dosis que tienes que tomar? «fui probando, me dijeron que tomara media pastilla y si tenia miedo a los efectos un cuarto. Pero cuando tomas seguido tienes que ir aumentando para que te haga el mismo efecto que al principio».

Me automedico y no lo sabia

Al pensar en «automedicarse» en la lista puedo enumerar remedios sin receta medica. Los que alguien me contó que le dieron resultados para los síntomas que presento, algunos que no necesito pero creo que me harán sentir mejor y los que me recetó algún medico para una situación en particular, pero que sigo utilizando cada vez que me vuelvo a sentir así. Si, me automedico pero ¿Por qué lo hago?. Puede ser por la falta de conocimiento y de una falta de percepción hacia los medicamentos. Si no tengo conocimiento medico, ¿Cómo sé que medicamentos me hacen bien?. En el propósito de entender que mi cuerpo es lo más importante para mi, de la misma manera el querer cuidarlo y no sentir ningún tipo de malestar..

En el año 2017 Estudios del Centro de Información Toxicológica de la UC, declaró «la automedicación es una problemática nacional, pues los fármacos ocupan la primera causa de intoxicaciones del país con 58%, seguido de los útiles de aseo con tan sólo 18%» . Así mismo, los expertos también informan que desde el inicio de la pandemia del Covid-19 el aumento de la automedicación.

El primer estudio de drogas en educación superior realizado por SENDA en el año 2019 , en el cual encuestó a 1.594 estudiantes de la Universidad de Concepción, que representa a 25.325 estudiantes según la muestra. Considera el consumo de analgésicos sin recetas, tranquilizantes sin receta, modafinilo sin receta y anfetaminas sin recetas, de lo que se considera automedicación sin receta. Sumando un 16,2% de estudiantes de la educación superior que se automedican.

Si bien, los resultados son públicos, es sólo a nivel general de todos los centros de formación técnico y profesional que formaron parte del estudio. Las cifras en especifico de la UdeC son confidenciales esto por la ley de confidencialidad del paciente en chile.

Automedicarse por falta de recetas

En el proceso de entender la automedicación y de por qué consideraba que no era bueno, entendí que existen razones de su existencia. Creo que en general es por una falta de atención de profesionales de la salud. En Chile, sólo los médicos están autorizados a medicar bajo receta medica y en atenderse en el hospital muchas veces demora meses, y teniendo en consideración que no toda la población tiene una situación económica para la atención privada. Así es como han surgido ideas de que otros profesionales como farmacéuticos puedan generar recetas medicas para medicamentos.

Quizás por esta razón automedicarse suena atractivo. Si consumo algo que ya me han recetado con anterioridad. También lo que me recomiendan a mis conocidos que han probado otros tipo de remedios y les han dado resultado. Así, en conversación con alumnos de la Universidad de Concepción pueden ser capaces de recetarse unos a otros tramadol, «te puedes tomar 3 gotitas y vas a quedar relajada, yo me tomo medio frasco para quedar como me gusta». Esto para no usar drogas ilícitas o para calmar algunos síntomas de estrés o ansiedad.

Es contradictorio pensar que la automedicación puede formar parte de mi autocuidado, ya que al intentar mejorar mi calidad de vida, evitando malestares puedo estar dañando también mi organismo. En lo recién expuesto, el tramadol no es para controlar la ansiedad ni el estrés, pero bajo los efectos de este me funciona como solución. Sin saber si mi organismo es compatible con él o no, además de no tener conocimiento de las contraindicaciones ni de la cantidad recomendada para su consumo. Lo cual puede terminar en una intoxicación o con efectos adversos severos.

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estudiante estresado

El estrés académico en universitarios

La universidad, como muchos la conocen y se refieren a ella como «la mejor etapa de nuestras vidas». Es un lugar donde también se experimenta todo lo contrario a su vez. Esto por los problemas de salud mental de los estudiantes, donde el estrés académico culpe función importante de ello.

En esta crónica nos centraremos en el estrés académico, ya que es algo que nos acompaña diariamente y nos afecta y/o beneficia dependiendo la situación. Para los universitarios, el estrés se ve reflejado en la condición de vida que llevan. En el cómo se alimenta, en el cuánto duermen y, hasta, en la forma de realizar los trabajos. Sí muy antes del plazo de entrega o más cerca.

De por sí, el estrés no es necesariamente algo malo. Para Ana Regueiro, Especialista en Psicología Clínica y de la Salud, el estrés es «la reacción fisiológica del organismo. En el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia». Se puede seguir leyendo su artículo en este link. Además, aquí un video de elDiario.es que da ejemplos de ello.

Estrés académico

Aterrizando lo anterior a la vida estudiantil universitaria, mientras mantengamos control de las situaciones parece ser que no hay rastros de estrés. Sin embargo, el estilo de vida que llevan las y los alumnos es muy perceptible a que eso no pase. Aquí es donde entra una serie de factores: como la carga académica, el bolsillo económico, si arriendan y viven solos, si están lejos de sus hogares familiares, una mala alimentación, mala reconciliación de sueño, entre otros. Al ser muchos, genera que no se pueda controlar todo y da la apertura a enfermedades mentales como la ansiedad y la depresión.

De alguna manera, buscamos estar siempre en la condición más óptima para rendir bien en los estudios. Pero, los contextos dificultan esto por lo que es recomendable mantener el control en algunos de los factores mencionados anteriormente. Como el proteger nuestras 8 horas de sueño, aportar comida saludable a nuestro cuerpo y la creación de un horario de estudio. Para ello, es importante saber cómo se manifiesta el estrés en nuestro comportamiento y cuerpo. Hay un artículo del Centro de aprendizajes Campus Sur, de la Universidad de Chile que ayuda bastante.

Síntomas

Mauricio Gallardo, Psicólogo de Universidad de Valparaíso, me comentó que algunos síntomas físicos del estrés académico son «el cansancio, fatiga, dolores de cabeza o de espalda, aumento o pérdida de peso por ansiedad, insomnio, temblores o tics nerviosos. También encontramos los síntomas psicológicos, como ser: tristeza, irritabilidad excesiva, pérdida de la confianza en uno mismo, desmotivación, incertidumbre, duda constante, pesimismo, negatividad, inseguridad, desconcentración, entre otras».

Infografía de los síntomas

Por otra parte, Mario Peñalosa, psicólogo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, profundizó en que el estrés nos lleva a patologías como la depresión y ansiedad. «Es importante que captemos a tiempo estos síntomas, querer controlarlos puede funcionar bien, pero no siempre es así. Siempre es mejor acudir a tratamiento psicológico si sentimos que nos sobrepasa cada vez más».

Realidades de vida de los estudiantes

La realidad en la que vive cada estudiante también está sujeta a sus herramientas emocionales. En mi caso, llevo plenamente y de una manera controlada mi estilo de vida. Al menos me organizo con mis tiempos para los quehaceres hogareños, no así con los quehaceres académicos, pero mantengo ese equilibrio. Sin embargo, para otras personas, dependiendo su estabilidad emocional, seguir y ponerse horarios resulta una tarea tremendamente difícil de lograr. Sobre todo para aquellos estudiantes que cumplen con la responsabilidad y tarea de ser padres. Área que se le da poca importancia investigativa y que hallé un artículo interesante sobre ello y sobre el estrés académico que sufren estos estudiantes.

Estudiante frustrado
Imagen extraída de Emol.

Pero, parte de este desorden de horario, no solo se da con la falta de herramientas psicológicas que tengamos, sino que también por la pandemia. A raíz de una nota subida a CNN Chile sobre la primera encuesta de salud mental que se hizo a universitarios. Esta arrojó que un 54% sufre estrés, en la que se le preguntó a 600 alumnos (aquí la nota con más detalles). Sin embargo, después de la pandemia arrojó 54,6% de estudiantes con estrés, pero con la sorpresiva cifra de 20% con riesgos suicidas. En esta segunda encuesta, se le preguntó a 5.000 estudiantes de varias zonas del país. También aquí más detalles de la nota cubierta por radio Duna.

Otro punto a considerar es la vida de vicios que podemos llevar en la etapa universitaria, como lo son las drogas y el alcohol. Sustancias que terminan influyendo en nuestro desarrollo cerebral, salud mental y físico. Como dice Sergio Lara, psicólogo, «Las drogas no solo alteran el estado de ánimo. Sino que también la conducta, el sueño, el hambre, la reducción del placer, la memoria, el estrés (…)». En una publicación que se puede leer más detenidamente aquí.

¿Cómo logramos disminuir el estrés académico?

Si bien, he dejado «tips» durante el desarrollo de la crónica. Ahora nos centraremos de forma más específica, según un articulo de PsicologíaAutoAyuda.cl.

Allí nos dejan entendido que una forma de controlar el estrés es «listar todas las tareas y organizarlas en días, horas y tiempo para su ejecución. La organización es fundamental durante estos períodos. Finalmente, los estudiantes deberán aprender a administrar su tiempo y hacerlo de manera eficiente, separando horas de ocio, actividad física y estudio, evitando distracciones».

Siempre es importante que cuidemos de nuestra salud mental. Para seguir informándonos sobre esto, recomiendo la crónica escrita por mi compañera Valentina Barrientos, «Influencia de la salud mental en la deserción de estudiantes universitarios», que se puede leer aquí.

La ansiedad y las emociones en el rendimiento deportivo

La ansiedad y las emociones en el rendimiento deportivo

Ponte en esta situación. Estás en una maratón, llevas corriendo una buena cantidad de kilometros. Estás muy cansado o cansada, con el cuerpo fatigado, inspirando y expirando el aire por la boca. Tu mirada no se despega del suelo. Estas pensando en detenerte y abandonar la carrera. Levantas la vista y logras divisar al público que está cercano a la meta. Escuchas los gritos, gente apoyándote, expectante a que logres cruzar la linea que marca el final. Es en ese momento en el que aumentas tu ritmo de carrera. Pisas con fuerza el suelo. Esa motivación hizo que te volviera el aliento y todo lo que sentiste en el tramo final desaparece. Inmediatamente corres como si la competición hubiera recién comenzado y atraviesas la meta. La ansiedad y las emociones en el rendimiento deportivo. ¿Cómo se explica este fenómeno?

Cada vez más son las disciplinas deportivas o de competición que han surgido en el último tiempo. Lo que ha encendido el interés en el estudio de la psicología deportiva, ampliando cada vez más su campo de investigación. Uno de esos campos es el de las emociones, enfocado en el estrés, el estado de activación del organismo y la ansiedad.


Las emociones en el rendimiento deportivo

Un concepto que siempre ha sido difícil de definir, al punto de que a veces ni nosotros logramos entender el porqué nos sentimos de una manera respecto a una situación. Los primeros autores que se interesaron por este problema de definición, desde el punto de vista científico, las interpretan como la percepción por parte del sujeto de su propia respuesta fisiológica a un determinado acontecimiento (James, W., 1984). Por esta razón, el debate por la definición de este concepto aun no ha concluido.

Actualmente, a los deportistas de elite se les exige, más allá de ser lo mejor que puedan en su disciplina y mantener un estado y condición física de alto nivel, tener un control total de sus emociones, ya que estas influyen directamente en su rendimiento. Un ejemplo de esta influencia es el arousal o ”estado de activación”.


Arousal en el rendimiento deportivo

Se define como el estado de activación psicofisiológica del organismo, afectando directamente en los procesos de atención y actuación (Gould D.; Krane, V., 1992). Los niveles altos de arousal benefician al deportista en tareas que se vean involucradas condiciones como la velocidad, resistencia y fuerza. Por otro lado, los niveles bajos de arousal ayudan al deportista en tareas donde prime la coordinación fina o la estrategia de decisión compleja. Según la ley de Yerkes y Dodson (1908), el aumento progresivo de arousal también mejora el rendimiento del atleta, llegando a un punto máximo, llamado peak performance.

Este concepto se torna muy interesante, especialmente para uno como deportista. Para rendir al máximo nivel, hay que saber adaptarse a las diferentes situaciones en una misma disciplina y lograr ese dominio mental. Por ejemplo, en un partido de fútbol, sería necesario obtener niveles altos de esta exaltación para aumentar nuestras características de velocidad, fuerza y resistencia (esfuerzo condicionado), pero, en ese mismo encuentro, si estamos en una tanda de penales, lo ideal sería disminuir los niveles de arousal para enfocarnos en la concentración, coordinación y temple.

En ese sentido, nuestra capacidad de poder controlar nuestras emociones y nuestro estado de activación se verán altamente condicionado por un tercer gran factor: La ansiedad.


Ansiedad y estrés en el rendimiento deportivo

En el deporte, existe una gran variedad de situaciones o condiciones que nos generan tensión emotiva. El sentimiento de competencia relacionado con la búsqueda de la victoria, la frustración tras una derrota y/o un mal rendimiento, el miedo al contrincante, las evaluaciones y opiniones, el mal funcionamiento del equipo, entre otras. Estos ejemplos generan estrés, término que hace referencia a los factores que provocan respuestas subjetivas de ansiedad.

La ansiedad, por su parte, que se genera tras la exposición del deportista a estímulos estresantes, obstaculiza el rendimiento de este, manifestándose mediante respuestas individuales de falta de adaptación en ámbitos fisiológicos, comportamentales y cognitivos. Es más, la respuesta que el atleta da frente a una situación será diferente según su personalidad. Lo que es muy estresante para una persona, puede no serlo para otra.

Gráfico de relaciones entre energía psíquica y estrés.

Para relacionar todos los conceptos, te presento el gráfico de relaciones entre energía psíquica (arousal) y estrés (Martens y Bump, 1988)

La ansiedad y la salud mental en el deporte se vuelve determinante. Refiriéndonos al primer concepto, existen diversos tipos que afectan de manera diferente al atleta. Desde tener sentimientos de aprensión y tensión, emociones negativas, la predisposición a percibir peligros y amenazas, formar expectativas pesimistas, hasta generar falta de confianza en uno mismo y/o en sus capacidades. Un hecho actual que tiene relación con la ansiedad y las emociones en el rendimiento deportivo sucedió en los Juegos Olímpicos, cuando Simone Biles, destacada gimnasta estadounidense, se retiró de la final de Tokyo 2021 para priorizar su salud mental.


Obsesión > Talento

La temática de la ansiedad y las emociones en el rendimiento deportivo me parece muy interesante. Siento que es información que debemos considerar los y las que somos apasionados o apasionadas por alguna disciplina, para que logremos alcanzar nuestro máximo potencial. La mente juega un papel muy importante a la hora de realizar un deporte, especialmente en el manejo de situaciones como las críticas, la presión, los nervios, el miedo y la ansiedad. Después de escribir esto, la frase ”la obsesión le gana al talento” me hace mucho más sentido. Si realmente quieres ser el mejor o la mejor en lo que haces, debes controlar mucho más que la técnica o tu capacidad física, sino que debes dominar tu mente en todos los aspectos posibles.

Sobre este tema, te invito a leer acerca de el impacto de la independencia en la salud mental en los jóvenes.