El rol de la impresión 3D en el futuro de la medicina

El momento de la evolución en que nos encontramos podría definirse como transitorio. La llegada de nuevas tecnologías trae consigo grandes cambios que nos acercan cada vez más a un futuro autómata, en el cual, la curva de producción se inclina hacia el reemplazo de la mano de obra humana por la de las máquinas modernas. La automatización de los procesos, además de aminorar los costos, disminuye el margen de error y aumenta las posibilidades; innovaciones que se encuentran fuera del alcance del ojo y de las capacidades del ser humano, ya son factibles gracias a inventos como la impresión 3D.

¿Qué es la impresión 3D?

El modelado de objetos de tres dimensiones no es algo de última tecnología, es un proceso que ha evolucionado durante décadas y se ha posicionado dentro de los temas de interés durante los últimos años. Bien lo resume Silvia Vicente Oliva del Centro Universitario de la Defensa, quien lo analiza como una «tecnología de uso general en el futuro» y lo define como un procedimiento donde aportan y adhieren controladamente diferentes tipos de materiales para crear objetos a partir de los datos de un modelo en tres dimensiones.

La aplicación de la tecnología de impresión tridimensional es de cierto modo infinita, la cantidad de tipos de impresión 3D sumado a la variedad de filamentos existentes en el mercado, permiten fabricar proyectos ambiciosos donde la creatividad es el mayor limitante.

Así como lo afirma Marc Sachon, en un artículo de la Revista de Antiguas Alumnos del IESE, «esta tecnología tiene el potencial de transformar los procesos de fabricación, reconfigurar las cadenas de suministro a nivel global y materializar modelos de negocio difíciles de imaginar a día de hoy». Esta técnica de gran utilidad, evoluciona constantemente para cubrir las necesidades de nuestro hogar, las grandes industrias e incluso, la medicina.

La impresión 3D en la medicina

Uno de los acercamientos más conocidos hacia el área médico es la fabricación de prótesis externas que pueden reemplazar alguna extremidad perdida. Un buen ejemplo de esto es el proyecto «Galileo Hand» ,de la Universidad Galileo de Guatemala, que tiene como finalidad diseñar una prótesis open-source, elaborada con materiales de bajo costo, distribuyéndolo través de internet como un kit disponible para cualquier persona que ha sufrido una amputación de una de las extremidades superiores.

A pesar de que existen, de igual manera, características negativas como los extensos tiempos de impresión y la inversión inicial para adquirir maquinaria, es posible obtener un producto fácil de ensamblar y reparar. 

La impresión 3D revoluciona la medicina al permitir utilizar distintos tipos de filamentos y componentes, lo que no muchos conocen es que esto va más allá de lo físico o estético, pues hablo de la posibilidad de crear órganos y tejidos biocompatibles con el ser humano.

Bioimpresión 3D

El proceso de la bioimpresión

El origen tiene data de 1988, cuando el Dr. Robert J. Klebe, de la Universidad de Texas,  presentó un método de microposicionamiento de células denominado Cytoscribing, en el artículo “Citoscripción: un método para microposicionar células y construir tejidos sintéticos bidimensionales y tridimensionales”. A través de este, creó tejidos sintéticos en 2 o 3D usando, en su primera fase, una impresora de inyección de tinta común. Esto fue solo el inicio, debido a esta innovadora investigación, fue concebible imprimir en 3D un riñón a pequeña escala y un corazón humano en miniatura.

La creación de tejidos humanos funcionales, se basa en la utilización de biocomponentes como las biotintas. César Loo Gil, científico investigador de BioFab Inc. y del Centro de Investigación & Producción Científica IDEOs, en su revisión “Bioimpresión 3D: importancia en la actualidad”, resume los estudios y avances más importantes de diversos biomateriales empleados en la manufactura, así como las múltiples técnicas de impresión usadas en aplicaciones biomédicas. 

La técnica continuó desarrollándose por más de dos décadas y continúa hasta la actualidad, podemos encontrar procedimientos como la bioimpresión de inyección de tinta, bioimpresión por extrusión, bioimpresión 3D asistida por láser, estereolitografía, bioimpresión por ondas acústicas y la técnica SWIFT. 

Gracias a esto , es factible la creación de biomateriales que, combinados con células, asimilan las propiedades de un tejido vivo; es potencialmente utilizable para la prueba de drogas, tratamientos e incluso podría llegar a sustituir el testeo animal.

¿Por qué crear artificialmente algo al que ya podemos tener acceso de forma natural?

Bajo mi apreciación, la bioimpresión podrá salvar vidas al suplir la constante necesidad de órganos. Actualmente, en el país hay 11 pacientes en lista de espera por un corazón, 51 por un pulmón, 20 por un páncreas, 183 por un hígado, y 2.130 personas por un riñón. Si ampliamos esta situación a nivel global, es incalculable estipular la cantidad de personas que necesitan un trasplante de órgano. 

Impresión 3D. Primer minicorazón vivo hecho con tejido y vasos humanos – Universidad de Tel Aviv

El futuro de la impresión 3D en la medicina

La impresión 3D, al ser un método personalizable, amplía las posibilidades dentro de la medicina. En la bioimpresión, así como la tecnología evoluciona, nuevos métodos y materiales seguirán surgiendo, agilizando y mejorando las técnicas e implementaciones.

A medida que avancen las investigaciones, lo esperado será obtener mejoras en los tiempos y la precisión, además de la implementación de nuevos materiales que permitan tener mejores características de biocompatibilidad y biodegradabilidad.

Es de gran importancia conocer y masificar el interés por el desarrollo de tecnologías innovadoras como esta, ya que, las aplicaciones de la bioingeniería, ingeniería biomédica y la medicina regenerativa, son un aporte para nuestro futuro incierto pero esperanzador. La invitación es a ser donantes e impulsar estos grandes inventos.