A través del internet y las redes sociales hemos sido testigos de como la sexualidad es un tema que predomina y se vuelve precozmente más cercano. Quizás es la herencia de nuestros padres la que nos hacen percibir esta situación como algo incorrecto o simplemente sorprendente. Desde mis primeros acercamientos muchas dudas surgieron, luego de recibir una educación sexual de un establecimiento educacional religioso basado en el riesgo, el miedo y el normalizar síntomas, la curiosidad por seguir buscando qué era lo que realmente necesitaba fue limitada ante lo impuesto.
Esto se intensificó al momento de vivir el cambio de la adolescencia a una adultez joven con visión de mundo en un contexto universitario y puedo suponer, sobre la base de mi experiencia, que existe una gran cantidad de personas que actualmente se encuentran sumergidos en la misma situación que en algún momento me vi envuelta respecto a los métodos anticonceptivos. Así fue como inicié la búsqueda de una red de apoyo contra el desconocimiento, principalmente enfocada a quienes se encuentran en la misma situación que yo a mis 18 años.

¿Cómo somos y cómo cambiamos?
Si con Gabriela Betanzo, matrona de Urgencias de Ginecología del Hospital Regional de Osorno, quien tiene una clara visión y postura ante las libertades de vivir una sexualidad segura, consciente y placentera. Antes de conversar con Gabriela, desconocía el porcentaje de áreas que estas y estos profesionales abarcan, pues se encargan de orientar y evaluar a todas las personas respecto a sexualidad, maternidad e incluso cambios en el cuerpo de las y los jóvenes; actualmente, trabaja con adolescentes en distintas etapas desde los diez años en adelante.

“Me di cuenta de que la edad no es un factor como para empezar o no a tener relaciones sexuales, creo que depende del contexto de la persona y su familia… El contexto implica mucho más que la edad misma, más que el número”.
Entre adultos y personas que poseen la mayoría de edad, es algo que no se habla, llega un instante en la vida donde todos asumen que se ha hecho o se conoce al respecto. Gracias al relato y la experiencia de Gabriela es correcto afirmar que ha aumentado la curiosidad de los pacientes entre universitarios y que usualmente las personas que menos se atreven a manifestar inquietudes son las de más de cuarenta años.
«A las pacientes adultas les da vergüenza hablar de sexualidad, incluso mencionar la palabra vagina… tienen más que problemas de tabú con el sexo, con todo el sistema reproductor en general».
Las preocupaciones han variado, o más bien cambiado de enfoque. Antes se podían observar, a día de hoy también pero focalizado y en menor medida, la prevención de los embarazos no deseados, a comparación de las campañas actuales enfocadas hacia la prevención del contagio de enfermedades de transmisión sexual.
¿Cuáles son las principales dudas?
Y es que ¿cómo llegar al indicado? A día de hoy no tengo muy claro, qué método es el que se acomoda mejor a mi cuerpo, porque como me explicó Gabriela, “cada cuerpo es diferente”. Puede que a tu madre o incluso a un par de gemelos o gemelas idénticas les beneficien o sienten cómodos distintos métodos o medicamentos y provoquen efectos totalmente distintos.

«La principal duda es «¿cuál será el mejor para mí?», ahí una les explica que no hay un método anticonceptivo que sea mejor para una persona, sino que para ti mismo, en tu contexto, tu orden, tu organización y metabolismo, hay uno que se va a adecuar mejor».
La mejor recomendación que concluyen las matronas en probar, buscar e identificar, no hay una escala de medición, test o examen que determine cuál de todos los fármacos, componentes u aparatos será el que finalmente te permita explorar la sexualidad de manera tranquila y segura.
Por reglamento, los anticonceptivos y los fármacos en general, traen folletos informativos respecto a los posibles efectos adversos, son muchas las dudas y mitos que rodean a los anticonceptivos. Cabe resaltar el énfasis con que Gabriela afirma que cada vez existen más fuentes de información y las personas son menos ingenuas frente a su utilización, sin embargo, principalmente los jóvenes primerizos desconocen el impacto que esto generará en su cuerpo.
Cada ser humano es un mundo
«Es necesario que uno sepa qué componentes tiene, o que pueda pasar. Para iniciar un anticonceptivo, es necesario que la persona tenga un chequeo completo».
Cada ser humano es un mundo, si una persona tiene hipertensión, hipotiroidismo, o alguna patología cardiaca de base, es necesario saber que al consumir anticonceptivos con hormonas, estos pueden descomponer el equilibrio interno. Una parte fundamental del trabajo de las matronas es investigar en que situación en particular se encuentra el paciente y todo dependerá de esto

“Hay que probarlos todos, si eres una persona muy organizada, las pastillas te quedarían regio, pero si eres una persona más olvidadiza, talvez te sirva la inyección mensual o cada tres meses… también métodos más a largo plazo. Vayan modificando hasta que encuentren el que más les quede y ahí se queden.”
Son muchos los métodos anticonceptivos que existen actualmente en el mercado, puede sonar muy fácil inclinarse por los de larga duración, sin embargo, la realidad es muy clara de mano de los especialistas, «todo representa un riesgo». Para personas jóvenes, Gabriela suele recomendar tratamientos de corto plazo por la posibilidad de un arrepentimiento temprano, a pesar de que está comprobado que son métodos seguros dependiendo de la situación de cada cuerpo.
«Puede ser el caso de que justo una paciente tiene depresión, va a sentir que cada cambio en su cuerpo es culpa de los métodos u hormonas. Y puede ser el caso de que su cuerpo funcione muy bien, entonces depende de la manera en que presentamos los anticonceptivos».
Sexualidad desde el placer
Así como lo viví en mi adolescencia, siendo totalmente rectificado, Gabriela manifiesta la inquietud de la enseñanza de una sexualidad fatalista y satanizada.
«Son pocas los y las matronas que hablan desde el placer, el erotismo, el goce y el disfrute».
Conversando finalmente con Gabriela, desde la vista de una matrona y retrocediendo a la de una estudiante de primer año de universidad, concluyó que la sexualidad no es solo el sexo, es un contexto con base en la educación, la identidad sexual y los gustos; el cómo una persona se siente respecto a lo que le gusta y lo que no, de forma física o emocional. Es primordial explicar y comprender que esta es más que el coito, son miradas y conexiones, es encontrar un espacio seguro con otras personas. Más que prevenir embarazos e infecciones, es una actividad voluntaria que te obliga a ser una persona comunicativa para exponer que quieres desde el respeto mutuo.
Hoy somos libres de experimentar y encontrar lo que nos gusta, representa y acomoda. Es tarea y recomendación hacia nosotros, preocuparnos y ocuparnos responsablemente de ser responsables para disfrutar lejos de los tabúes y el miedo.