Ilustración cerebro y música

Aspectos psicológicos de las preferencias musicales

Para muchos, la música forma parte de lo que nos define como personas. Nos acompaña mientras caminamos o manejamos, nos energiza mientras hacemos ejercicio y nos conmueve cuando conecta con nuestros sentimientos. Por esto, en esta publicación exploraremos las variables psicológicas de los gustos musicales.

Este profundo vínculo tiene sus raíces en la naturaleza humana en sí, pues según diversos estudios señalados por History Channel, la música era utilizada como una forma de recordar eventos y formaba parte de rituales religiosos. Si bien estas primitivas formas de música son estimadas a haberse creado hace alrededor de 43.000 años atrás, la pieza musical más antigua que se ha encontrado data del 2000 A.C. Es gracias a esta larga historia, que hoy en día tenemos música de todos los géneros y estilos imaginables, pues esta ha evolucionado junto a nosotros. 

Debido a que “el arte imita la realidad”, la música se ha transformado en una forma de relatar y transmitir los sentimientos que la realidad genera en las personas. Es por esto que se relaciona la música que una persona escucha con los sentimientos que experimenta. Pero, ¿cómo se determinan los gustos musicales de cada individuo?

Factores externos

Las preferencias musicales de un individuo se relacionan a un sinnúmero de variables, entre las cuales se encuentra el entorno directo de una persona. Con esto se incluye la cultura, religión, influencias, etcétera.

Un estudio realizado por el MIT (Massachusetts Institute of Technology) arrojó como resultado que los gustos musicales tienen un origen en las raíces culturales de cada persona. A modo de resumen, utilizaron la consonancia y disonancia de dos acordes frente a personas que no han tenido conexión con la música occidental. Los encuestados aseguraron que no tenían una preferencia entre una combinación consonante o disonante, por lo que concluyeron que la notación musical occidental ha definido la forma en que percibimos la música; y que aquellos quienes no han tenido exposición, no presentan gustos musicales marcados.

Otro de los aspectos a considerar sobre este tema es el internet y la globalización. Antes de que existieran los métodos de grabación, la única forma de disfrutar de este arte era de manera presencial. Por lo tanto, las personas no tenían la oportunidad de explorar distintos tipos de música a menos que fuera parte de la élite de una urbe europea como París, Roma o Viena. Sin embargo, la llegada de los medios de comunicación y la interconectividad que trajo la globalización abrió las puertas para descubrir y explorar.

Factores internos

Por otro lado, los factores internos incluyen aspectos sentimentales y cognoscitivos. Entre aspectos sentimentales, se habla de personalidad y afinidades, pues se ha encontrado relación entre ser extrovertido o introvertido con los intereses artísticos. Respecto a las afinidades, un individuo que posee un mayor entendimiento de la música tiende a demostrar gustos musicales completamente distintos a aquellos que no poseen tal conocimiento.

En conversación con TecReview, la psicóloga académica de la Universidad Nacional Autónoma de México, Concepción Morán aseguró que “si bien nuestros gustos musicales tienen una raíz social y están basados en experiencias personales, también están vinculados con procesos psicológicos y cognoscitivos”.

En mi caso, los principales factores que determinan mis gustos musicales son influencias familiares, conocimiento musical y respuesta emocional. Sin embargo, este orden no es el mismo para todos, y se ve afectado de manera particular por los trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión.

Conocimientos de una profesional

Para entender mejor este aspecto, acudimos a la psicóloga Nicol Altamirano de la Universidad San Sebastián. Tras terminar la carrera de psicología, llevó a cabo un magíster en psicología educacional; donde logró profundizar sus conocimientos sobre las etapas de formación de las personas.

Para Nicol, lo más importante al hablar sobre esto es el contexto en el cual una persona vivió sus años formativos (niñez, preadolescencia y adolescencia). Señaló que “durante los años ‘80 y ‘90, la rebeldía era muy relevante para las juventudes. En cambio, si bien se mantiene ese aspecto, hoy en día los jóvenes apuntan más al aspiracionismo y el éxito”. Hay diversas razones para este cambio, pero para Nicol, lo principal son las circunstancias familiares y sociales actuales.

El contexto social influye de gran manera a las personas en sus años formativos, por lo que es muy probable que la música que una persona escucha cuando tiene cinco años, ya no sea de su agrado cuando tenga 14. Esta diferencia nos parece obvia; “son nueve años de diferencia, claramente habrá cambios”. Sin embargo, el gusto musical de una persona cuando tiene 40 años en comparación a cuando tiene 49 tiende a poseer muy pocas diferencias. Según la psicóloga, “el cambio de las preferencias musicales también tiene que ver con un proceso de maduración. No hay una edad determinada en que una persona deja de madurar, pero una vez llega a ese punto, es difícil modificar sus gustos musicales.”

Estudios y experimentos

Para profundizar, Nicol citó un estudio realizado por David Greenberg en la Universidad de Cambridge. Este determinó que se puede dividir a las personas en dos grupos: los empatizadores y los sistematizadores. Los primeros son definidos como «quienes basan su comportamiento en evaluar y responder a las emociones del resto»; mientras que los últimos «se dedican más bien a descubrir las pautas y regularidades en las que opera la sociedad».

La académica explicó que «si bien es imposible determinar que alguien que escucha Elvis Presley es de tal manera, este estudio permite conectar algunos patrones conductuales con ciertas preferencias». El método del experimento fue encuestar a 4000 personas para determinar si eran empatizadores o sistematizadores, para después mostrarles una serie de composiciones de distintos géneros a las cuales debían darle una nota.

Los resultados fueron claros: los empatizadores prefirieron el pop rítmico, el blues, el rock suave, los cantautores y las composiciones clásicas de Mozart, mientras que los sistematizadores gustaron del rock duro, el jazz, el techno, rap y las composiciones clásicas de Bartok. Aunque no hayan sido parte del estudio, es probable que el lector sea capaz de identificarse con uno de los dos grupos.

Esto fue explicado gracias a los rasgos psicológicos que contempla una persona empatizadora y una sistematizadora. Altamirano declaró que «en psicología hay muchas teorías para cada tema. En esto específicamente, pienso en la teoría de los cinco grandes factores, que mide en polos desde lo más extrovertido a lo más introvertido. Nos sirve para dar los matices que ese estudio no comenta, pues un empatizador extrovertido y uno introvertido no piensan o actúan de la misma manera, sin embargo el estudio los agrupa de la misma manera».

¿Está todo conectado?

A modo de conclusión, las palabras de Nicol resumen de gran manera esta disyuntiva: «hay tantas variables a considerar con los gustos musicales, que un estudio que entregue una respuesta definitiva sería una mentira. Pero aún así, podemos estudiar las interrelaciones de los aspectos psicológicos de la gente para intentar llegar a algún tipo de respuesta».

La magistrada finalizó diciendo que «me encantaría que tuviéramos una forma de determinar rasgos psicológicos de alguien en base a sus artistas favoritos, pero aún no hemos llegado a eso. Sueño con que se encuentre una forma en algún momento».

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