neologismos

Los neologismos y la globalización lingüística

¿Te suenan conocidas las palabras cringe, aesthetic o ghosting? Estos y otros términos, denominados neologismos, se han popularizado exponencialmente con el uso de las redes sociales, de internet y el contenido de streaming. Estos factores han influido a la innovación léxica, que está avanzando a pasos agigantados. Si eres como yo, y utilizas cotidianamente estas palabras, o si te gustaría saber el origen y significado de estas, te interesará saber que son parte de estudio de la neología y la lingüística.

El lenguaje está en constante cambio y evolución, así como la sociedad. El internet y las redes sociales han influido en gran manera a popularizar palabras y conceptos que se vuelven tendencia en cierto grupo de la población. Después de ver una serie de moda, o de ser partes de un acontecimiento de gran impacto, es normal que se popularicen ciertos términos nuevos. Estas nuevas unidades léxicas son conocidas como neologismos, y cada día estamos expuestos a ellos. El proceso de globalización ha acelerado este proceso. Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona han instaurado el concepto “globalización lingüística” para referirse al impacto que este proceso ha tenido en la evolución del lenguaje.

La Red de Antenas Neológicas es un proyecto internacional encabezado por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Chile es parte de él, denominado Antena Chilena de Neología, y se compone de los nodos Universidad de Concepción y Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Conoce más sobre el proyecto y el estudio de la neología en el siguiente reportaje.

Centros de investigación de los neologismos

La neología se ha vuelto objeto de investigación en diferentes universidades tanto a nivel internacional, como nacional. En este contexto, en el año 2002 se crea la Red de Antenas Neológicas, con el objetivo de “contribuir a la ampliación descriptiva del léxico de estas distintas variedades lingüísticas”. Este proyecto es coordinado por el Observatorio de Neología de Lingüística Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Además, cuenta con la colaboración de los grupos de neología de Argentina, Colombia, México, Perú y Chile.

Durante el año, cada centro dentro de la Red Neológica trabaja continuamente para identificar las nuevas unidades léxicas que usa la sociedad. En este proceso denominado “vaciado”, los países que participan en el proyecto recolectan en conjunto entre 7.000 y 13.000 nuevas unidades léxicas al año. Estas son subidas a una base de datos, cuya información es utilizada posteriormente para trabajos de investigación y estudios comparativos de las variantes del español.

Antena chilena: Nodo Universidad de Concepción

En el año 2003, la Universidad de Concepción (UdeC) recibió la invitación de la Universidad Pompeu Fabra de ser partícipe de la Red de Antenas Neológicas. En ese entonces se creó NeoUdeC, y el grupo ha estado participando del proyecto activamente, realizando investigación y participando en conferencias y charlas. El equipo conformado por integrantes de pregrado, postgrado y docentes de la Facultad de Artes y Humanidades está a cargo de la profesora Paola Cañete, académica del Departamento de Idiomas Extranjeros. 

El equipo, conformado por 10 integrantes, se divide entre el grupo de investigación en el cual participan alumnos de Magíster, Doctorado, y docentes. Ellos se encargan del trabajo técnico e investigativo. Por otro lado, se encuentra el grupo colaborador, integrado por alumnos de pregrado de Traducción e Interpretación de Idiomas Extranjeros. Recientemente, se incluyeron a los primeros alumnos de Pedagogía en Español en su última convocatoria para participar del proyecto.

“Tenemos una plataforma en el Observatorio de Neología donde vamos ingresando los datos. Entonces cada país hace su vaciado, es decir la recolección de neologismos a medida que detectamos estas unidades en la prensa. Nosotros específicamente trabajamos con El Mercurio, el Diario El Sur, The Clinic y La Cuarta. Así detectamos los neologismos y con esto después colaboramos entre países haciendo trabajos comparativos”, explicó la profesora Paola Cañete.

Cada año, el equipo detecta aproximadamente 1.000 neologismos en la prensa, por lo que la base de datos actualmente tiene más de 30.000 unidades.

Esta base de datos es de libre acceso en la página del Observatorio de Neología de la Universidad Pompeu Fabra, por lo que cualquier persona puede revisarlos y acceder a las investigaciones chilenas e internacionales. Actualmente, el grupo se encuentra trabajando en la investigación sobre cómo la pandemia afectó los procesos delictuales y la neología de la delincuencia, con el surgimiento de palabras como “portonazo” o “encerronas”.

@NeoUdeC

El grupo colaborador está a cargo del trabajo visible que se realiza en NeoUdeC. Una de las actividades que se realizan son las “Pausas neológicas”, los talleres y la cuenta de Instagram @NeoUdeC. La red social ha obtenido gran popularidad entre los alumnos de la Universidad de Concepción, al enseñar a través de memes y recursos gráficos, los significados de los neologismos.

“La palabra “centralazo” tuvo mucho éxito y desde ahí que obtuvimos más visualizaciones en Instagram porque fue muy compartida”. Explica Constanza Becerra, alumna del Magíster de Lingüística Aplicada e integrante de NeoUdeC desde el 2019. Refiriéndose a la popular palabra entre los estudiantes de la universidad.

Ella también comenta la modalidad de trabajo: “Hace un tiempo trabajamos con reuniones bimensuales. Yo creo que nadie se da cuenta de los neologismos que usamos día a día y pasamos por alto, por lo que nuestras reuniones se basan en hablar y discutir temas de actualidad y así comentamos los neologismos que hemos escuchado. Así armamos esta pauta en base a lo que escuchamos, tratando de que tengan relación con la contingencia. También hacemos publicaciones con carácter temático.” La profesora Paola Cañete comenta que el grupo de @NeoUdeC se encuentra preparando su nuevo canal de YouTube, en el que esperan subir contenido audiovisual para complementar con el perfil de Instagram. Además, han recibido invitaciones a congresos y charlas en universidades del país, donde próximamente seguirán dando talleres, charlas y congresos de neología.

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el impacto de la danza

El impacto de la danza en la estructura cerebral

Estudios recientes investigan sobre los beneficios y las modificaciones a nivel cerebral que tiene la práctica del baile. Además de ser un arte que permite conectar con nuestras emociones e interioridad, el impacto de la danza sugiere que incluso podemos desarrollar habilidades cognitivas mediante la neuroplasticidad.

Recuerdo haber visto hace unos años un video viral que me impactó completamente: una mujer de tercera edad en una silla de ruedas realizando un delicado port de bras del Lago de los Cisnes. Lo que más me impresionó, es que ella padecía de un grave deterioro cognitivo y al escuchar la música volvía a los años 70’, en los que brillaba en el escenario. Marta González Saldaña fue Primera Bailarina de la Escuela Superior Nicolay Yavorsky de Nueva York y su fascinante historia me llevó a preguntarme la relación entre la danza y su impacto a nivel cerebral.

El movimiento es vida, pero ¿te has preguntado por qué? La danza es un arte que combina musicalidad, coordinación, memoria, gracia, entre otros. Sin embargo, además de su característica cultural, es una actividad con múltiples beneficios en nuestro cuerpo. Si bien, innegable que el ejercicio está relacionado a salud y bienestar, el impacto de la danza repercute incluso a nivel cerebral. Estudios indican que podría ser potencialmente beneficioso para prevenir enfermedades como Alzheimer o incluso como tratamiento para el Párkinson.

Detrás de la delicadeza y dulzura de una bailarina de ballet, o de la fuerza y actitud de un bailarín de danza urbana, hay numerosas conexiones neuronales que activan tareas cognitivas y sensomotoras. Es un trabajo conjunto en el que actúa la fuerza, memoria y coordinación para moverse siendo consciente del propio cuerpo y su entorno.

Impacto de la danza en la neuroplasticidad

En primer lugar comencemos definiendo el concepto de neuroplasticidad. Los autores Pichiorri y Mattia planteaban en el 2020, que se refiere a la capacidad de modificar las conexiones neuronales. Este proceso abarca todos los cambios que ocurren en el Sistema Nervioso Central (SNC) a lo largo de la vida de una persona. Además, es la base de la memoria, la adquisición de habilidades y de la recuperación de lesiones.

Al asistir a una clase de danza usualmente prestamos atención a los movimientos que hace el profesor, luego intentamos hacerlos lentamente. Al cabo de un momento podemos hacerlo con música y con varias repeticiones lo incorporamos a la secuencia completa. Jordi A. Jauset planteaba en el 2016, en el artículo «Música, movimiento y neuroplasticidad», que todo este proceso involucra complejas tareas cerebrales: “visuales, cognitivos (atención), motores (ejecución, coordinación, ritmo), espaciales, musicales (si danzamos con música) y emocionales. Todo ello, sorprendentemente, se sucede en unos pocos segundos.”

Cambios estructurales en el S.N.C

El estudio “Nuevo marco para la rehabilitación – fusión de la rehabilitación cognitiva y física: la esperanza para el baile”, sostiene que los cambios estructurales del cerebro se producen en:

  • Hipocampo
  • Áreas corticales motoras
  • Lóbulo parietal
  • Putamen
  • Cerebelo
  • Corteza frontal inferior (neuronas espejo)

Por otro lado, la investigación publicada el 2019, «Danza para la neuroplasticidad», sugiere que otro de los cambios estructurales del sistema nervioso incluye “aumento del volumen del hipocampo, volumen de materia gris en el paracentral izquierdo y giro hipocampal, e integridad de la materia blanca”. Justamente, la sustancia blanca es aquella que favorece la comunicación entre las diferentes partes del cerebro. Se ha comprobado que su degeneración es una de las causas del declive cognitivo, pues de ella depende la rapidez con que el cerebro procesa información. Esta es una de las bases para explicar cómo la danza previene la degeneración neuronal.

Estudios sobre el impacto de la danza en enfermedades degenerativas

Una investigación del New England Journal of Medicine del 2009, afirma que la danza “aumenta la reserva cognitiva y, por tanto, podrá ser un buen protector ante la degeneración neuronal”. Además, afirma que bailar con regularidad reduce en un 76% el riesgo de demencia en la tercera edad. Esto se debe a que es una actividad que aumenta la complejidad de las sinapsis y los circuitos neuronales, obligando al cerebro a “reinventarse” cada vez que se practica.

Por otra parte, un estudio del Centro Alemán de Enfermedades Degenerativas de Magdeburg publicado en el 2017, concluyó que la danza puede revertir el deterioro cerebral con los años. En este estudio se comparó a dos grupos de adultos mayores, quienes practicaron danza y actividades deportivas por más de 18 meses. En ambos grupos se notó una diferencia en la región cerebral del hipocampo, aumentando su tamaño. Sin embargo, solo el grupo de baile presentó, además, una mejora en su equilibrio.

Más allá del carácter cultural que conlleva la danza, es una actividad que involucra complejos procesos cognitivos. Entre ellos, el factor emocional juega un rol fundamental. Para los bailarines, la danza es más que un ejercicio, es un arte que permite transmitir emociones, un lenguaje. Bien lo sabía Marta González, quien, tal como la Reina de los Cisnes en la obra de Tchaikovsky, se transformaba con la música, sumergida en un trance recordando su pasado.

Video viral de Marta González

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